Queriendo dejar atrás un bar de zumos y smoothies contactó con nosotros el chef Marc Blesa. Quería darle al local un aire sofisticado y algo canalla para acompañar sus nuevos platos.
Para una reinterpretación de comida streetfood planteamos un lugar íntimo y personal pero con detalles más propios de bares y calles: como el ladrillo visto, el acero, el graffiti y las luces de neón.
El restaurante se organiza en tres espacios: Una zona en la entrada para los que vienen con hambre y poco tiempo, la sala principal con visión a la cocina y una trasera con un carácter algo clandestino y escondida de las visiones desde la calle.
El objetivo era conseguir con poco presupuesto un lugar acogedor, funcionalmente cómodo y atractivo en una calle repleta de opciones culinarias como es Enrique Granados.
Colaborador Sergi Grau Muñoz – Arquitecto.